Llegar a los 30 es el momento donde la seguridad, la estabilidad económica y la experiencia se juntan para poner la mente a trabajar: invertir a esta edad es el curso de acción a tomar.
Cuando se obtiene cierto grado de estabilidad económica, surgen preguntas inevitables como: ¿ahora qué?, ¿debería ahorrar más?, ¿debería invertir en algún bien?, entre otras.
Contrario al ahorro, donde el dinero simplemente se acumula y se mantiene seguro para algún uso futuro, el invertir hace que el dinero trabaje solo y se multiplique con el tiempo. A veces lento, a veces rápido, pero de seguro de manera constante.
La rentabilidad del dinero toma tiempo en desarrollarse y por eso se recomienda invertir desde temprana edad. Algunos bienes demoran de 5 a 10 años en alcanzar el doble de su valor original y la espera se puede hacer más llevadera mientras aún se cuenta con la energía de la juventud.
Ventajas de invertir a los 30 años.
Contarás con suficiente sabiduría para tomar decisiones acertadas. Cuando sé es muy joven, a veces es fácil dejarse llevar por malas decisiones.
Haber pasado por suficientes experiencias y ver la de conocidos, permite tener una mejor idea de dónde se multiplicará mejor.
Al estar trabajando por 10 años has ganado suficiente experiencia para tener un puesto laboral que te permite dejar deudas escolares atrás y ahorrar para tu futuro.
Al llegar a los 30, eres más seguro. Entiendes que las expectativas que debes cumplir son las propias y no las ajenas.
Lo que decidas hacer, será para tu beneficio y eventualmente el de tu familia y eso te empuja con ahínco a dar pasos que antes no hubieras tomado.